En memoria de mi amigo Elmar Thome, que esperó todo lo que pudo; y de mi querido padre, que no pudo.

Que breve una existencia, este lapso que tenemos para hacer algo, ser algo, dejar marca de nuestro paso durante el infinito periplo de nuestro hogar por el cosmos; eterno movimiento en el cual tan brevemente estamos.

 

 

 

Cada clic de un reloj jamás volverá. En la precisión de un segundo casi dos personas  mueren y algo más de cuatro nacen, incrementando la población de la tierra en 2,44 nuevos individuos por segundo. 0,1 nuevas infecciones del VIH, 0,42 hectáreas de bosque se pierden. 967 barriles de petróleo se bombean. 1,14 coches y 2,66 nuevos ordenadores se producen, contrastando increíblemente con el ritmo de otros tiempos.

Nuestro planeta se originó del disco de gas y polvo que rodeaba el recién formado sol, hace unos 4600 crones. Desde que los primeros organismos primitivos comenzaron a poblar los océanos y el proceso de fotosíntesis empezó a llenar de oxígeno la atmósfera, creando el ambiente oxidante en el cual vivimos hoy,  fueron necesarios unos de 4000 crones para la llegada de los primeros homínidos. Nuestra civilización tiene menos de tres crones. Resulta más fácil empezar a decir tres millones de años. Tres millones de años de prehistoria y unos cinco mil años de historia. Que proceso tan lento... en el cual la gran mayoría de los individuos ha desaparecido como si nunca hubiera existido.

A cada segundo incontables sueños se están viviendo, tantas nuevas ilusiones, tantas frustraciones, tantos prólogos y epílogos, con algo por el medio que llamamos existencia. Vida puede ser, a la vez, algo extraordinario y sin sentido. Vivir lo mejor que podamos es el gran sentido de estar aquí, creyendo que a cada uno de esos clics podemos ser mejores en algunos aspectos, no en todos, pero en algunos... incluso sabiendo que casi todos seremos olvidados algún día. Sin embargo, somos 2,44 más a cada segundo, a cada clic... y mi corazón late una vez. Una vez más... y al mismo tiempo una vez menos. No lo sé... tengo más y más preguntas a cada segundo

 

La idea de construir cámaras con una única placa de película, sin visor, enfocada para una distancia específica y además, solo revelar esta única placa después que la situación sea irreversible, puede parecer desafiante, pero desafío no es la cuestión. Tempo es una reflexión sobre lo frágil y lo irreversible.

 

 

 

El aprender
Anja Gödicke, mi asistente en su último día en mi estudio. Una placa de negativo gran formato expuesta 27 de junio 2006 y revelada al día siguiente, cuando ella ya estaba en su vuelo de regreso a Berlín y más tarde, su largo viaje por África.
Gelatina de plata sobre papel de algodón e hierro oxidado. 50 x 50 cm

 

 

 

 

El suicidio
Gelatina de plata sobre papel de algodón e hierro oxidado. 50 x 50 cm

 

 

 

 

El embarazo. Laia, 30 semanas
Gelatina de plata sobre papel de algodón e hierro oxidado. 50 x 50 cm

 

 

 

 

El parto. Laia, 41 semanas
Gelatina de plata sobre papel de algodón e hierro oxidado. 50 x 50 cm

 

 

 

 

El empezar. Roger, 90 segundos
Gelatina de plata sobre papel de algodón e hierro oxidado. 50 x 50 cm

 

 

 

 


La vejez. Paul Spieler y su soñado paraíso
Gelatina de plata y la cámara de Paul sobre hierro oxidado. 58 x 68 x 24 cm

 

 

 

 

 

 

 

 

El soñar
Yo era joven, soñando conocer lugares, tener mi propio laboratorio, ahorrando para una ampliadora. Hoy puedo encontrar una en la basura en la esquina. Puedo comprar por apenas 10 euros en el mercado de los Encantes una cámara como la que me regaló mi abuela cuando yo tenía 15 años.
Negativo blanco y negro proyectado por una ampliadora oxidada, temporizador mecánico e hierro oxidado. 110 x 100 x 80 cm

 

 

 

 

Reminiscencias
Álbum de fotos blanco y negro, diapositivas digitalizadas en pantalla TFT, discos duros y circuito electrónico en cajón oxidado. 38 x 70 x 26 cm

 

 

 

 

El nutrirse
Gelatina de plata sobre papel de algodón e hierro oxidado. 30 x 50 cm

 

 

 

La enfermedad. Jennifer. Diagnosticada esclerosis múltiple a los 18 años.
Gelatina plata sobre papel de algodón en ambos lados de una placa de hierro oxidado colgada por hilo de oro. 150 x 50 cm

 

 

 

 

La muerte
Gelatina de plata en caja fuerte de hierro oxidado 18 x 23 x 30 cm

 

 

 

 


Tiempo
Reloj e hierro en caja fuerte de hierro oxidado 17 x 21 x 25 cm

 

 

 

 

La obsolescencia
Gelatina de plata sobre metacrilato transparente, 1169 válvulas, bombillas y circuito electrónico en caja de hierro oxidado. 104,5 x 104,5 x 11,5 cm

 

 

 

 

La oxidación. Observando
Oxidación controlada sobre hierro y película blanco y negro virada al sulfuro en caja de luz. 100 x 195 x 5 cm

 

 

La oxidación. Olvidando
Oxidación controlada sobre hierro y película blanco y negro virada al sulfuro en caja de luz. 100 x 195 x 5 cm

 

 

La oxidación. Recordando
Oxidación controlada sobre hierro. 100 x 195 x 5 cm

 

 

 

 

El caldo primordial
Video, pantalla e placa de hierro oxidado. 3 min. 50 x 50 cm

 

 

 

 

Un segundo. No le permitiré volver a entrar
Instalación audiovisual. Diapositivas, proyector y sonido en cámara gigante. 2 x 2 x 2,5 m

 

Imagen creada virtualmente para la instalación One seconde. Para entrar en la cámara los visitantes deben introducir sus nombres en una base de datos y no estarán permitidos entrar una segunda vez. En el interior oscuro da cámara cada imagen se proyecta por apenas 1 segundo a intervalos irregulares.